Dedos Insomnes
Letra: Farasch López
Música: Mkie Rivera
A veces las letras se me pudren adentro
y se descomponen entre mis dedos.
A veces intuyo que mientras duermo
mis dedos vigilan insomnes y hacen equilibrio
como un trapecista que pende del cielo.
Claro que si mi mente no fuera cobarde
pa’inventar caricias con que esclavizar
mis dedos serían más libres,
matarían al viento, tendrían un plan.
Sospecho que mientras descanso mis manos trajinan.
Y en viajes astrales empuñan la pluma
a mano batiente mis dedos insomnes se vuelven valientes
y tejen victorias de vida y de muerte
apuñalan a ciegas mi bastarda inconciencia;
mis manos, telarañas, redes infinitas
que estrangulan mi insana existencia.
Allá van mis dedos cabalgando el aire
y hacen un puño que cabe en mi pecho;
se toman el tiempo, el miedo y el odio,
mis dedos insomnes simulan la vida
mientras dura el día.
Pero llega la noche con las pesadillas
del viejo Goya y lanzan mi cuerpo
al nocturno abismo.
Mis dedos en huelga de hambre y soledad
hacen sindicato de psicosis digital.
Mis dedos austeros, en guerra de paz,
imitan los ojos de Ghandi cruzando Durban.
Acá quedan huesos inertes de algo nuevo
como un cementerio de mudo recuerdo,
fantasma siniestro de un soldado muerto,
con la libertad vuelta una penumbra
donde encuentro el cuento
del Durban en el que se extravió Pessoa,
el poeta, él mismo, y los heterónimos
hicieron vigilia pa’sacarle el alma,
toda la poesía.
Entonces descubro que adrede mis manos
alejan la música y burlan al muerto
que yace dormido, locas y homicidas’
duendes del macabro cuento
del tal Hitchcock.