Miopismo
Mikie Rivera
Nov-Dic. 2003
Detrás de cada paso hay una sombra.
Detrás de cada sombra, un vendaval cubre mi piel.
Detrás de mi piel, sólo lágrima y sudor,
un concierto en mi menor, un silencio y otro atardecer.
Como si fuera oscuridad como si fuera una canción
la vida se escurrió dejando su fotografía.
Y fue tanto lo que no vi, y fue tanto lo que me cegó.
Y fui yo quien se quedó perdido en otra fantasía.
No sé cómo llamarle a esta ciudad.
No sé si confusión, si “Villa de la Inconsecuencia”.
No sé por dónde irme, no sé cómo regresar.
Todo se me hace opaco, todo se me hace oculto.
Yo no sé si volar
afecta la imaginación.
Yo no sé si dividirme
perjudica al corazón.
Lo veo todo, y no veo nada,
simbolismos, espejismos,
desde el aire hasta a mí mismo...
Me destruye todo este Miopismo.
Detrás de cada noche hay un espejo,
detrás de cada espejo, un inventario del dolor;
detrás del dolor, incontables cicatrices,
un recuerdo que de mí se viste, un simulacro, una ficción.
Como si fuera claridad, como si me fuera a colmar,
ya no me pude dibujar en la ventana tibia y fría.
Cuando el mundo es invisible sólo queda recordar
que todo es según el color del cristal con que no se mira.
No sé cómo llamarle a esta ciudad
No sé si “seducción”, si juego entre su transparencia
No sé cómo quedarme, no sé cómo escapar
Todo se me hace opaco; todo se me hace oculto
Yo no sé si volar
afecta la imaginación.
Yo no sé si dividirme
perjudica al corazón.
Lo veo todo, y no veo nada,
simbolismos, espejismos,
desde el aire hasta a mí mismo
Me destruye todo este Miopismo.