Nómada
Letra y música:
Mikie Rivera
Comienza el día y ya ha contado
cada paso que ha dado
hasta llegar a la ventana.
Detrás de los cristales
sólo puede perseguir con la mirada
a un mundo que pasa y pasará sin él.
Suele maravillarse al imaginarse un cuento
por cada nombre que ha inventado.
Le gusta tanto mirar
los paisajes, las fotos y las caras de la gente
que no conoce y que no conocerá.
Como Camille, la silenciosa niña
que jugaba siempre sola
tan distante y tan ajena a los demás.
Era quería ser la piedra que soñaba
que era acariciada por los ojos de Rodin.
En un banco de la plaza
aquel Florentino hacía de su día
otra larga espera.
Con el paso de la lluvia, iban el tedio y la melancolía,
pero Fermina no pasaba. (No pasaba)
“Aquí no pasa nada”
-decía el hombre solo en la ventana-
“Tanta gente y tan poca memoria,
con el mismo ritual, la misma historia,
idéntica versión cada mañana,
esta ciudad a mí me sabe a nada.”
La ciudad desconocía
a quién le pertenecían aquellos ojos
que cada día la observaban.
Aquella gente acostumbraba
a beber religiosamente de la fuente
inagotable de la ignorancia.
Algunos, en su pobreza intelectual
Aseguraban que aquel hombre
Era algún demonio.
Otros decían que allí se escondía
el guerrillero que muy pronto
les salvaría la patria.
Uno se preguntaba si era un vigilante,
Un imprudente, un voyerista
o un sádico nocturno.
O tal vez un cazador de sombras,
un poeta, un superhéroe deprimido
o un artista del suicidio.
En medio de la desesperación
de verse tan desinformados
alguien llamó a la policía.
Querían sentirse protegidos
de ese ser tan misterioso
por si algo les pasaba.
“Si aquí no pasa nada”
-decía el hombre solo en la ventana-
“Tanta gente y tan poca memoria,
con el mismo ritual, la misma historia,
idéntica versión cada mañana,
esta ciudad a mí me sabe a nada.”
Y cuando terminó la pantomima de la tarde
aquél hombre decidió marcharse para siempre
a echarle una mirada a otra gente
y a otras calles en donde pasará nada.