Todo era agua
Mikie Rivera
Enero 2004
No quería saber del sueño en los mares
y se volvió a internar en un mar de sueños
No quería saber, no quería pensar.
No quería seguir ni mapas ni caminos.
Sólo quería huir por el húmedo amparo de la noche.
No quería saber no quería pensar
ni por quién ni por cuánto tiempo iba a esperar.
...Y un dedo le rozó la mano que pensaba usar
para arreglarse ante el espejo,
quería decir adiós, robar la fría luz,
cambiarle el color al viento.
No quería paz, no quería amor,
sólo quería el ritual del cuerpo a cuerpo.
Y todo era agua.
Todo era agua,
todo fluido
ganado y perdido.
Todo era un manto
de sudor y llanto.
Todo era agua.
No quería sentir ni la pena ni la muerte,
ni el infortunio de tanta buena suerte.
No quería saber, no quería pensar.
Se quería desnudar como todos sus secretos
y escribir sobre su piel
todo el lenguaje de la seducción,
toda la embriaguez, la inconformidad,
toda la belleza y la complicidad.
...Y se dejó llevar entre la oscuridad por un millón de ojos.
Y entre la soledad y la multitud
perdía la razón y ganaba el tiempo.
No quería paz, no quería amor,
sólo quería el ritual del cuerpo a cuerpo.
Y todo era agua.
Todo era agua,
todo fluido
ganado y perdido.
Todo era un manto
de sudor y llanto.
Todo era agua.
Un día regresó por el río del olvido,
rostro cansado y descalzo el corazón.
Y volvió a saber y volvió a pensar...
Y en el azul de La Grenouillère se vió,
y sonrió.